sábado, 31 de agosto de 2013

Un día decidí hacerle caso a la brisa

"...Me escapé de la rutina para pilotear mi viaje,
porque el cubo en el que vivía se convirtió en paisaje..."
(La Vuelta al Mundo - Calle 13)

Hay quienes dicen que el destino está escrito y que es inalterable, hay otros que viven bajo la voluntad de una divinidad y creen que sus éxitos y fracasos no son producto de sus actos. Para mí, el tema pasa por las energías y el coraje que uno ponga en las tareas emprendidas... Se quiere, se cree, se hace y se vive.

Creo que las ganas de romper con el status quo siempre han existido en mí, esa sensación de querer explorar un pasito más allá de lo que me iban mostrando en el camino, o como algunos le dicen, las ganas de aprender, han sido el motor real para construirme como la persona que soy hoy. Fueron esas mismas ganas las que un día despertaron el interés por recorrer los caminos más allá de ese lugar que me había visto crecer y que parecía ser el espacio seguro y tranquilo para cumplir con eso que para muchos es la normalidad: estudiar, ser profesional, trabajar, comprarse una casa, tener hijos, y así... Por algún motivo, al pensarme así, no podía sino verme como el protagonista de la película "El Gran Pez" (si no la ha visto, ¡véala ahora!) y es que esa "pecera" me parecía muy pequeña para los anhelos y la inquietud permanente de mi mentecilla.

No puedo negar que el día en que decidí renunciar, tomar mis cosas y decir que simplemente quería vivir por Sudamérica por un año lo único que sentía era un temor atroz de estar haciendo mal las cosas... ¿Por qué renunciaba si tenía trabajo seguro? ¿por qué quería gastar mi plata viajando en vez de comprarme una casa? ¿acaso creía que era simple partir agarrar una mochila y viajar? ¿acaso tenía plata suficiente para mandarme a cambiar? El dolor de guata y los nervios me invadían, y el mayor temor era creer que estaba abandonando un proyecto y lo más complejo a los niños... mis niños.

Pero como comencé diciendo, creo en que si uno quiere y cree firmemente en eso, entonces las cosas se hacen, y así fue, las cosas salieron cada vez mejor. Los trámites salieron fáciles, había encontrado a una fiel compañera para "hacer LA locura" y finalmente el anhelo de vivir recorriendo Sudamérica sería una realidad. Los niños estarán siempre conmigo (con nosotras), era el momento de dejar crecer las alitas que tanto habíamos cultivado y de que ellos y nosotras emprendiéramos vuelo.

El 10 de agosto de 2013 partí de Chile, junto con mi gran compañera Yohana, con la esperanza de que este año sea para descubrir y también para cumplir con lo que muchos han querido pero no se han atrevido. A todos los que piensan que es muy difícil y que hay otras prioridades, simplemente les aconsejo que se arrojen, y que hagan como nosotras y como Calle 13 y que cambien "la renta, el sueldo, el trabajo en la oficina... por estrellas y por huertos de harina".

Namaste.



6 comentarios:

  1. Muy valiente! Que te vaya la raja y sigue posteando cosas para leerte! :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hay varias cositas que dan ganas de contar por acá, así que espero escribir en una semanita más. Saludos!

      Eliminar
    2. Y yo que creía que los blogs habían pasado a mejor vida...

      Un abrazo enorme para las aventureras. Estoy cuidando el nido y alimentándolo con energía positiva

      Eliminar
  2. Casii lloro cuando dijo "mis niños" :c
    Que lindas palabras ♥

    ResponderEliminar